El derechista Ivan Duque, de 41 años, asume el próximo 7 de agosto la presidencia de Colombia, un país que empieza a salir de medio siglo de guerra civil y sufre el impacto de la crisis humanitaria en la vecina Venezuela, con miles de personas cruzando la frontera para huir de la hiperinflación y del desabastecimiento. Duque fue elegido en segunda vuelta el domingo (17) con un 53,9% de los votos, 12 puntos más que su rival izquierdista Gustavo Petro.
“Una nueva generación llega para gobernar, con todos y para todos”, prometió Duque al enterarse de los resultados. Él será el presidente más joven en los 132 años de la historia republicana de Colombia, y a su lado estará Marta Ramírez, la primera mujer en la vicepresidencia del país.
Gustavo Petro, que conquistó el apoyo del 41,8% del electorado, también habló de victoria. En un país históricamente gobernado por una élite conservadora, él obtuvo una votación histórica para la izquierda. “Cuál derrota. Ocho millones de colombianos y colombianas libres en pie. Aquí no hay derrota. Por ahora no seremos gobierno”, escribió Petro en su cuenta en Twitter. Él prometió oponerse a cualquier intento de Duque de hacer el país retroceder a la guerra.
Acuerdo de paz
La campaña polarizada reflejó la división de la sociedad colombiana en relación al acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más grande guerrilla del país. Siete mil rebeldes aceptaron desistir de la lucha a cambio de amnistía y del derecho a formar un partido político, con ocho asientos garantizados en el nuevo Parlamento. Petro defiende la implementación de las medidas acordadas: antes de ser alcalde de la capital Bogotá, fue guerrillero del M-19. El grupo depuso las armas en 1990 y formó un partido político.
Duque prometió revisar el acuerdo, negociado por el actual presidente Juan Manuel Santos, quien ganó un Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para acabar con décadas de violencia. El padrino político de Duque, el expresidente Álvaro Uribe, fue uno de los mayores críticos del documento, por considerar que había sido demasiado generoso con los exguerrilleros.
El líder de las FARC, Rodrigo Londoño –conocido como Timochenko en sus tiempos de guerrillero–, también reaccionó por Twitter. Él dijo que las elecciones presidenciales de este año fueron las más tranquilas de las últimas décadas, gracias al acuerdo de paz. “Es momento de la grandeza y la reconciliación. Respetamos la decisión de las mayorías y felicitamos al nuevo presidente.”
Uribismo
Para muchos colombianos, la victoria de Duque representa el retorno al uribismo. Durante ocho años en la presidencia (2002-2010), Álvaro Uribe combatió a las FARC y al Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla más grande del país. Muchos colombianos consideran que esa política de línea dura debilitó a los guerrilleros izquierdistas, por lo que estos acabaron aceptando negociar un acuerdo de paz. Sin embargo, el gobierno de Uribe también está asociado a serias violaciones de derechos humanos, cometidas por las fuerzas de seguridad y grupos paramilitares.
Santos fue ministro de Defensa de Uribe antes de asumir la presidencia en 2010, pero Uribe fue el más duro crítico del acuerdo de paz que Santos negoció con las FARC. El actual presidente ha perdido popularidad en los últimos dos años y trata de negociar otro acuerdo con el ELN, antes de dejar el cargo.
La mayoría de las víctimas de la guerra entre las FARC y las fuerzas de seguridad colombianas son civiles, muchos de ellos campesinos que se vieron obligados a abandonar sus tierras para huir de la violencia o cuyos hijos fueron reclutados a la fuerza por la guerrilla. Ellos creen que el gobierno premió a los guerrilleros para conseguir la paz, en lugar de castigar a los responsables de los crímenes e indemnizar a los inocentes perjudicados.
Retos
Duque asume la presidencia con el desafío de reunificar a Colombia y combatir el narcotráfico, que está avanzando sobre áreas antes controladas por la guerrilla. A pesar de firmado el acuerdo de paz, la violencia permanece: el ELN sigue actuando y algunos disidentes de las FARC se sumaron a los narcotraficantes.
El presidente electo prometió reducir impuestos y gastos públicos para atraer inversiones privadas y estimular la producción. Quiere que la economía colombiana vuelva a crecer un 4,5% al año, después de dos años de crecimiento promedio del 1,9%. Duque tiene apenas cuatro años de experiencia política, como senador, patrocinado por Uribe, pero trabajó una década en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con sede en Washington, y su elección es bien vista por el mercado.
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