Embraer y Boeing anunciaron este miércoles (5) que formarán una empresa conjunta que abarcará todos los negocios y servicios de aviación comercial de la firma brasileña. La compañía estadounidense pagará US$ 3.800 millones para controlar el 80% del nuevo grupo, evaluado en US$ 4.700 millones. El fabricante brasileño será propietario del 20% restante.
Se espera que la transacción se cierre hasta fines de 2019, entre de 12 a 18 meses después de la ejecución del acuerdo. Falta todavía elaborar los detalles operativos y financieros, que deberán someterse a la aprobación de los accionistas y de las autoridades reguladoras.
El gobierno federal decidió que sólo analizará el negocio después de octubre, cuando ya se conozca el nombre del nuevo presidente de la República. Con la precaución busca evitar que el tema sea objeto de controversia durante la campaña electoral.
De todos modos, el Estado tendrá la última palabra sobre el acuerdo final, pues desde la privatización de Embraer en 1994 conserva la llamada acción de oro (que le da poder de veto en cuestiones estratégicas).
La empresa conjunta será liderada por un equipo de ejecutivos desde Brasil, aunque Boeing ejercerá el control operativo y administrativo de la nueva empresa, que pretende ofrecer al mercado un portafolio de aviones comerciales con una capacidad de 70 a más de 450 asientos.
El acuerdo también prevé la creación de otra empresa conjunta centrada en el mercado de defensa, área en la cual se destaca el carguero KC-390, desarrollado por Embraer. Por otra parte, la rama de aviación ejecutiva, no mencionada en el anuncio, deberá seguir al cargo de la empresa brasileña, como ya se había señalado en abril.
Negociaciones
Las dos compañías negociaban desde hace dos años los términos de una posible fusión. Sin embargo, el gobierno brasileño siempre rechazó la posibilidad de que Embraer fuera adquirida por la empresa estadounidense debido a su importancia estratégica.
El fabricante nacional es responsable del desarrollo de dos líneas de aviones de combate, además de participar en la transferencia de tecnología relacionada con el satélite estacionario brasileño, áreas que se consideran de gran relevancia para la soberanía del país.
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