Por tercera vez consecutiva, el Banco Central de Brasil no modificó la Selic, tipo básico de interés de la economía. En decisión unánime el miércoles (1), el Comité de Política Monetaria mantuvo la tasa al 6,5% anual, lo que ya era esperado por los analistas financieros.
La Selic continúa, pues, en su menor nivel desde el inicio de la serie histórica del Banco Central, en 1986. De octubre de 2012 a abril de 2013, la tasa se mantuvo al 7,25% anual y pasó a ser reajustada gradualmente hasta alcanzar el 14,25% en julio de 2015. En octubre de 2016, la autoridad monetaria volvió a reducirla hasta que llegó al 6,5% en marzo de 2018.
El pasado mayo, el Banco Central interrumpió la secuencia de caídas y mantuvo la Selic al 6,5% anual, en una decisión que sorprendió al mercado financiero. En aquel entonces, la autoridad alegó que la inestabilidad internacional manifestada en la valorización del dólar influyera en la decisión.
La Selic es el principal instrumento del Banco Central para mantener bajo control la inflación oficial, medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA). Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el IPCA acumula alza del 4,39% en los 12 meses terminados en junio, índice inferior al centro de la meta de inflación, que es del 4,5%. Sin embargo, fue la más alta para meses de junio desde 1995, debido a la paralización de los camioneros, que provocó escasez de productos y subida de precios.
Hasta 2016, el Consejo Monetario Nacional establecía meta de inflación del 4,5%, con margen de tolerancia de 2 puntos porcentuales, es decir, hasta 6,5%. Para 2017 y 2018, el Consejo redujo el margen a 1,5 puntos, por lo que la inflación no podrá superar los 6% ni quedar por debajo de los 3% este año.
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