La Constitución brasileña de 1988 cumple 30 años este viernes (5). Para modificarla, la Asamblea Nacional Constituyente instalada en 1986 creó dificultades. Cambiar cualquier dispositivo de la Carta Magna requiere el quórum de tres quintos de los parlamentarios en cada una de las Casas Legislativas y votación en dos turnos.
En la práctica, modificaciones en la Constitución dependen de 308 votos favorables de los 513 parlamentarios que componen la Cámara de Diputados, y 49 de los 81 senadores. Durante la Asamblea Constituyente, para la aprobación de dispositivos eran necesarios votos a favor de la mitad más uno de los parlamentarios.
Desde que fue promulgada, este es el primer año en que no ocurren modificaciones en la Constitución, en virtud de la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro, decretada hasta el próximo 31 de diciembre. El texto constitucional, por regla, no puede sufrir enmiendas durante la vigencia de intervención federal, de estado de defensa o de estado de sitio.
Hasta agosto, la intervención ya había resultado en la suspensión del trámite de 536 Propuestas de Enmiendas Constitucionales (PEC) en el Senado. De ellas, 82 estaban listas para la votación. En la Cámara, son 1.191 propuestas que aguardan análisis.
El presidente Michel Temer dijo estar dispuesto a suspender la intervención en Río antes del plazo si hay consenso para votar la PEC que reforma la Seguridad Social aún este año.
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