El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, dijo el viernes (1), en rueda de prensa, que Brasil propuso la creación de un grupo interministerial para discutir acciones de apoyo al proceso de transición política en Venezuela, bajo coordinación de la Casa Civil. El objetivo es discutir medidas para ayudar al gobierno del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. Aún no hay un plazo para que se lleve a cabo la propuesta, pero Araújo espera que sea pronto.
En la lista de medidas analizadas están el incremento de la ayuda humanitaria a Venezuela, la renegociación de deudas del país o ampliación del plazo para el pago y hasta un posible congelamiento de bienes de autoridades venezolanas vinculadas al gobierno de Maduro, además de otras sanciones específicas que, de acuerdo con el ministro, favorezcan el cambio de poder en Venezuela.
“Tendríamos que ver (...) ese procedimiento dentro de la legislación brasileña y de las normas internacionales. Lo principal es desarrollar una cuestión diplomática continuada en favor de la transición democrática, independientemente de los instrumentos específicos”, informó Araújo.
Deudas
Con respecto a la deuda venezolana, el canciller dijo que es necesario discutir el asunto con las autoridades financieras brasileñas, como el Banco Central. Una posibilidad sería la reestructuración de la deuda que los venezolanos contrajeron con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil.
A finales de diciembre, Nicolás Maduro llegó a hacer una propuesta de reescalonamiento de esa deuda, que suma US$ 795 millones. “En el momento no tenemos propuestas concretas en la mesa para la ecuación de esa deuda”, dijo Araújo.
En cuanto a la ayuda humanitaria, el diplomático informó que Brasil está conversando con autoridades de Colombia, país que podría coordinar ese proceso. “Espero que esa logística, una vez resuelta, no tenga su tránsito en Venezuela impedido por elementos vinculados al régimen de Maduro”, dijo.
Grupo de Lima
La crisis venezolana será una de las pautas de la reunión del Grupo de Lima (formado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía) este lunes (4). El colectivo se reúne nuevamente en Ottawa (Canadá) para discutir formas de apoyar a Guaidó en la formación de un nuevo gobierno. “Nuestra posición es la de continuar dando el máximo apoyo a las iniciativas para la transición democrática en Venezuela”, dijo Araújo.
En la rueda de prensa, el canciller hizo duras críticas a Maduro, que, según él, debe ser responsabilizado por una serie de acciones criminales, incluso lo que llamó “genocidio silencioso”. También afirmó que Maduro tiene vínculos con el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo.
“Había una política deliberada de hacer el pueblo padecer de hambre, de negar tratamiento médico y otros cuidados para sujetar a la población. El régimen era parte de un esquema internacional que, en determinado momento, imaginó que podría ganar el poder sobre toda América Latina”, dijo.
Presión
En los últimos días, ha crecido la presión internacional contra el gobierno de Maduro. La Unión Europea, que reconoció a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, recomendó a los países de la región, el jueves (31), seguir el mismo entendimiento.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, anunció la creación de un grupo de países europeos y latinoamericanos para trabajar por una salida de la crisis en Venezuela a través de elecciones. El grupo tendrá una duración de 90 días.
“Esperamos que la salida de Maduro sea la puerta de la calle de alguna manera. Brasil no está involucrado en determinar como sería esa salida. Entendemos que esa sería la función de este nuevo marco democrático que se está formando en Venezuela. El final de la crisis solo vendrá con la deposición completa del régimen actual”, afirmó Araújo.
El canciller dijo que el gobierno brasileño solo se alineará a los grupos de contacto si trabajan para el no reconocimiento de la legitimidad de Maduro como presidente. “Dar espacio al régimen para que respire y consiga un mes más (...) gane tiempo, para nosotros, no sería aceptable”, dijo.
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