La jueza federal Gabriela Hardt condenó este miércoles (6) al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva a 12 años y 11 meses de cárcel como resultado de un caso centrado en la reforma en una quinta ubicada en Atibaia, en el estado de São Paulo. Esta es la segunda sentencia contra Lula en el marco de la Operación Autolavado.
Las autoridades tenían sospechas de que las obras en la casa de campo fueron pagadas por constructoras investigadas por corrupción, como OAS y Odebrecht.
Según los investigadores, las reformas comenzaron después que los empresarios Fernando Bittar y Jonas Suassuna, amigos de Lula, adquirieron la propiedad, cuando “se diseñaron los primeros planos arquitectónicos para satisfacer las necesidades de la familia del expresidente".
En el informe policial elaborado en 2016, los expertos enumeran las obras realizadas. Se estima que se ha gastado un total de aproximadamente US$ 460 mil, monto que cubriría tanto la compra de la propiedad como su renovación.
La defensa del expresidente alegó que aunque Lula y familia visitaban la propiedad, el inmueble pertenece a la familia Bittar.
Lula se encuentra encarcelado desde el 7 de abril tras su condena en el caso de un apartamento tríplex. El exmandatario cumplirá otra pena de 12 años y un mes de prisión por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
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