El ministerio brasileño de Defensa ha informado que el país volverá a ser un gran exportador de productos del sector. Según la cartera, el promedio histórico de exportaciones, que en los últimos años ha alcanzado los US$ 214 millones, está cerca de alcanzar los US$ 357 millones este año.
Marcos Degaut Pontes, secretario de productos del Ministerio de Defensa, dijo que esta cifra podría alcanzar los US$ 1,4 mil millones hasta 2022, aunque la participación del sector en la agenda de comercio exterior de Brasil sigue siendo baja.
Producción diversificada
La producción brasileña en esta área es extensa e involucra elementos como armas diversas, misiles, blindados, aviones de entrenamiento, aviones de ataque ligero, aviones multipropósito grandes (nuevo KC 390 de Embraer), sistemas de control de tráfico aéreo y sistemas de defensa. “Como dicen en la jerga militar, desde el alfiler hasta el cohete”, dijo Pontes.
Según él, Brasil vino perdiendo mercados importantes para este sector desde la década de 1980 y ahora el Ministerio de Defensa está trabajando en una planificación estratégica para reducir los cuellos de botella que impiden el crecimiento de las exportaciones.
En su opinión, parte de las dificultades es que el sector no es visto como importante para la economía nacional. “En general, la sociedad brasileña no entiende lo que llamamos la economía de defensa. Es decir, la parte industrial de la defensa como generadora de empleos altamente calificados y de ingresos. Es un sector que tiene un efecto multiplicador en la economía muy grande, que genera un salto cualitativo en términos de desarrollo tecnológico muy grande, que recauda impuestos, regalías, ingresos, y que tiene potencial de exportación”, dijo.
De acuerdo con el secretario, por cada US$ 1 invertido en esta industria, el rendimiento es de casi US$ 10. “Es importante discutir este sector. Comprender la importancia de la economía de defensa para la economía nacional y para el comercio exterior brasileño. No hay otro sector con esta rentabilidad”, dijo.
Reanudación
Pontes reveló que el Ministerio de Defensa, junto con actores privados, la Asociación Brasileña de Materiales Bélicos y el Sindicato de Materiales de Productos de Defensa, viene implementando un gran plan estratégico que ha identificado los cuellos de botella en el sector y qué hacer para eliminarlos. “Esta es una orientación del Presidente de la República”, dijo.
El secretario señaló que Brasil ha logrado eliminar algunos obstáculos con respecto al financiamiento y las garantías en el sector. “Esto es absolutamente vital para que las empresas brasileñas puedan exportar. Se exporta el 65% del material controlado que se produce. No es posible avanzar sin fondos y garantías, y estamos avanzando”, agregó.
De gobierno para gobierno
Según el secretario, los préstamos se realizan a través de bancos privados nacionales o extranjeros, pero las garantías, en general, son públicas. “Por eso la importancia de reducir los obstáculos, porque no tiene sentido contar con la financiación y no tener la garantía de que el producto puede ser entregado. Garantía, en Brasil hoy, solo con las instituciones oficiales”, informó Pontes.
Hay un enfoque, dijo, en la producción de equipos no letales, como aviones, sistemas de control aéreo y de monitoreo de fronteras. “Es una gama muy amplia de productos.”
El hecho de que las ventas se realizan entre gobiernos es una peculiaridad del sector. “No se venden productos de defensa al sector privado. Un gobierno vende a otro”, dijo.
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