Brasil fue el primer país de América Latina y el octavo del mundo en establecer relaciones con Corea del Sur, en un momento en que el país asiático se enfrentaba a graves dificultades económicas. Este año, las dos naciones celebran el 60.º aniversario de sus relaciones diplomáticas ante un panorama repleto de oportunidades.
Corea del Sur es una de las naciones más prósperas del mundo. Este es el momento ideal para que ambos países crucen otro umbral en sus relaciones, teniendo en cuenta los rasgos complementarios y dinámicos de ambas economías. El hecho de que se espera que Corea firme un acuerdo comercial con el Mercosur en algún momento del año 2020 favorece la percepción de una conexión más fuerte entre ambos en un futuro próximo.
Desde el punto de vista económico, las empresas coreanas han mostrado logros notables en todo el mundo, lo que ayuda a explicar el PIB nacional de US$ 1.720 millones, que le ha valido a Corea su lugar como la duodécima economía más grande del mundo. Junto con una población de no más de 50 millones de habitantes, un PIB tan robusto ayuda a entender el asombroso ingreso per cápita del país, que asciende a más de US$ 30.000.
Ámbito cultural
Una novedad para muchos es el auge cultural de Corea del Sur. Hallyu, literalmente "la ola coreana", ha llegado a naciones de todo el mundo con la ayuda de KOCIS, el Servicio de Cultura e Información de Corea, vinculado al Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo. El país es cada vez más conocido como un centro neurálgico de la cultura y el entretenimiento, ya que exporta música, programas de televisión, cómics, dramas en línea, películas proyectadas en cines tradicionales, juegos digitales y coreografías. Sólo en 2018, el fenómeno cultural coreano generó más de US$ 7.400 millones en ingresos.
Una parte significativa de este universo ha encontrado su camino hacia Brasil. La música pop surcoreana, el K-pop, ha reunido a hordas de apasionados fans brasileños, y un impacto similar han causado los dramas coreanos, tanto en línea como en televisión. También hay otros bienes culturales con un público más reducido fuera de Corea, como los webtoons –cómics en línea venerados en Corea del Sur–.
En todo el mundo, los medios sociales han sido una herramienta poderosa para que la industria musical coreana consiga una audiencia cada vez más amplia, y los ídolos del pop coreano aparecen cada vez más a menudo en las listas de éxitos occidentales, como el ránking de la revista estadounidense Billboard, en la que ya han aparecido grupos de K-pop como BTS, Seventeen y SuperM. Se tiene previsto que el grupo más popular de la actualidad, (G) I-dles, compuesto exclusivamente por mujeres, se presente en varios países del mundo, incluso en Brasil.
Programas de televisión
En fuerte contraste con lo que ocurre en otros países industrializados, donde la televisión ha perdido cada vez más terreno frente a Internet, los porcentajes de audiencia de la televisión en Corea del Sur no parecen verse afectados por los medios sociales. Las tres emisoras más grandes del país –KBS, MBC y SBS– producen programas que repercuten más allá de las fronteras del país.
Un ejemplo de ello es Running Man, un programa de variedades lanzado en 2010 que también es muy popular en Japón, China y Vietnam. El espectáculo cuenta con cantantes, actores, comediantes y otras celebridades coreanas que son invitadas a actuar y pasar un buen rato en el aire.
Hanbok
Entre las características distintivas de la cultura coreana está la amalgama de tradición y tecnología de punta. Los turistas pueden dar fe de ello dando un breve paseo por el centro histórico de Seúl, donde a menudo se ve a las mujeres deambulando con el traje tradicional coreano, el hanbok, conocido por sus colores vibrantes, sus líneas sencillas y la ausencia de bolsillos.
La importancia del hanbok en la cultura coreana es objeto de estudio del estilista e investigador Sulnyeo Park, que viste a estrellas de Hollywood y otras personalidades internacionales que visitan la capital.
Cine
Uno de los bienes culturales más reconocidos de Corea del Sur es el cine. "Esto se debe probablemente al gran interés del público coreano por las películas, tanto coreanas como extranjeras", dijo el productor Park SJ, de Digital Idea, el estudio de efectos visuales más grande de Corea. Los coreanos suelen llenar las salas de teatro para ver producciones coreanas y extranjeras. Digital Idea, con más de 450 películas producidas en los últimos 20 años, fue premiada en los principales festivales internacionales por sus efectos especiales en películas de éxito como Estación Zombie (2016) y La Gran Batalla (2018).
Atención de salud
La prosperidad económica de Corea del Sur lo abarca todo. Los hospitales atienden bien a la población, y la demanda de servicios de salud entre los no coreanos aumenta cada año. Las cirugías plásticas, por ejemplo, son solicitadas no sólo por los artistas K-pop, sino también por los extranjeros, ya que la excelencia tecnológica de los procedimientos estéticos y las habilidades de los médicos surcoreanos han alcanzado renombre mundial.
La unidad hospitalaria más nueva del país es el Hospital St. Mary's, de la Universidad Católica de Corea. Sus instalaciones están equipadas con la mejor tecnología en robótica del mundo, que ayuda a los profesionales a realizar cirugías en urología, ginecología, otorrinolaringología, entre otras áreas.
El Hospital St. Marys fue inaugurado a principios de 2019 en una zona rodeada de colinas en las cercanías de Seúl, y costó US$ 583 millones. Los visitantes y los pacientes se refieren a menudo a su edificio como un hotel de cinco estrellas. Afuera, los senderos llevan a los pacientes a un bosque, donde tienen la oportunidad de hacer ejercicio y respirar el aire de la montaña.
En el interior, los restaurantes ofrecen una amplia gama de comidas tradicionales y de comida rápida. "Todo fue diseñado para que los pacientes estén contentos por estar en un lugar agradable, y no deprimidos por estar en un hospital", dijo el pediatra Jong-Seo Yoon, uno de los médicos del hospital.
Lazos culturales
Chan-Woo Nam, director de cultura popular del Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, señaló que es crucial para Corea reforzar su conexión cultural con Brasil, un país con una vasta tradición tanto en música como en arte popular.
Il-Hwan Kim, director general del Servicio de Cultura e Información de Corea, dijo que el gobierno coreano desea promover y ampliar el alcance de los valores culturales del país en Brasil, no sólo en São Paulo, donde se ubican la mayoría de los 50 mil coreanos que viven en Brasil, sino también en otras ciudades brasileñas.
El embajador de Brasil en Corea, Luis Henrique Sobreira Lopes, celebró el aniversario 60 de las relaciones diplomáticas entre los dos países, que para él tiene un significado especial: el cumplimiento de un largo ciclo de vida: "La fecha también simboliza la madurez de nuestros lazos de amistad, algo que deseamos preservar y profundizar", dijo.
La historia de la diplomacia está repleta de ejemplos de países que se beneficiaron de ser los primeros en reconocer a una nación hermana. Cuando se establecieron las relaciones bilaterales, en 1959, el país asiático luchó para salir de la miseria tras la devastadora Guerra de Corea (1950-1953). En ese momento, el país tenía un PIB per cápita inferior a US$ 100 y una esperanza de vida inferior a 54 años.
Hoy en día, la inversión coreana en Brasil asciende a aproximadamente US$ 6.000 millones, con un enfoque en la electrónica, los automóviles y los semiconductores. De enero a septiembre de este año, los dos países intercambiaron más de US$ 6.100 millones.
Si la historia se repite, es más que probable que los dos países se conviertan en grandes socios tanto en el ámbito económico como en el cultural.
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