Este miércoles (18) se lanzó la 70.ª fase de la Operación Autolavado, denominada Óbolo, con el objetivo recoger pruebas sobre delitos relacionados con contratos de fletamento de buques por parte de Petrobras, que suman más de US$ 1.200 millones.
Los contratos se firmaron con las empresas Maersk, Tide Maritime y Ferchem. La policía también investiga la divulgación de información sensible que otorga ventajas competitivas a las empresas, a cambio de sobornos a empleados de Petrobras.
Fiscales federales de Curitiba, en el estado sureño Paraná, estiman que los sobornos ascienden a US$ 3,4 millones para 11 contratos de Maersk, que suman US$ 145 millones, según datos de una hoja de cálculo incautada a uno de los beneficiarios de los sobornos, el exdirector de Suministros de Petrobras, Paulo Roberto Costa, en las primeras etapas de la Operación Autolavado.
El fiscal general Athayde Ribeiro Costa dijo a periodistas en la sede de la Policía Federal en Curitiba que la acción policial de hoy demuestra que la producción de petróleo se vio afectada por esquemas de corrupción que abarcan desde el fletamento y el abastecimiento de combustible hasta la propia carga. Costa agregó que las investigaciones también incluirán los contratos de fletamento en vigor.
De 2002 a 2012, Maersk y sus filiales firmaron 69 contratos de fletamento con Petrobras, que sumaron casi US$ 240 millones, informaron los fiscales. Tide Maritime aparece en 87 contratos entre 2005 y 2018, que alcanzan los US$ 690,5 millones. Ferchem, otro agente naviero, negoció al menos 114 operaciones de fletamento para Petrobras, que sumaron más de US$ 665,8 millones, entre 2005 y 2015.
El nombre de la operación se debe a la moneda utilizada para pagar al barquero Caronte, cuya tarea en la mitología griega era transportar almas hasta el reino del inframundo.
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