La liberación de 276 aves este martes (31) marcó la inauguración del mayor vivero de América Latina para la aclimatación de animales maltratados y traficados ilegalmente. El espacio comprende unos 5.000 m² de Bosque Atlántico recuperado dentro del Parque das Aves en Foz do Iguaçu, Paraná.
La directora técnica del vivero, Paloma Basso, explicó que el lugar fue concebido para recibir a los animales que no están en condiciones de ser reintegrados a su ambiente natural sin supervisión. Muchos han sufrido mutilaciones que los convertirían en presas fáciles.
En total, 12 especies diferentes de la familia de los loros han ocupado el nuevo vivero. Aunque sean en su mayoría periquitos, señaló Basso, las especies varían en tamaño, pero coexisten pacíficamente, sin posibilidad de agresión. "Ahora podrán explorar las instalaciones de forma natural y desarrollar sus habilidades de vuelo. Es un fragmento del Bosque Atlántico que ha sido diseñado exclusivamente para ellos", dijo.
El nuevo vivero fue bautizado como Cecropia, en homenaje a una especie arbórea que desempeñó un papel fundamental en la regeneración de la zona antes de la formación del bosque secundario. El objetivo es conseguir que el entorno sea lo más equilibrado posible, ya que se tiene previsto albergar a otras especies de animales en el futuro.
En este primer momento, las aves serán vigiladas por el equipo técnico del parque durante el período de adaptación. "Estos son animales que pasaron pro varias etapas después de ser rescatados, desde la cuarentena hasta su clasificación en grupos de interacción, en en ambientes más pequeños, dentro del propio vivero. Ahora las rejas se han abierto para que se sientan cómodos explorando todo el espacio", explicó Paloma.
La última etapa del proyecto será la apertura del vivero para visitación, lo que solo sucederá tras el paso de la nueva pandemia de coronavirus. "Decidimos seguir la planificación, pues esa etapa involucró una pequeña parte del equipo, que pudo trabajar con toda la seguridad sanitaria requerida", concluyó.
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