Bolsonaro: el país necesita estar informado, pero sin pánico

El presidente Jair Bolsonaro dijo que el país necesita estar informado sobre lo que "realmente sucede" acerca de la COVID-19, pero sin pánico. Sin citar directamente el aislamiento social practicado en varios estados brasileños y en todo el mundo debido a la pandemia, el mandatario reiteró que las personas necesitan libertad.

“Cada vez más necesitamos libertad. El país necesita estar informado de lo que realmente está sucediendo. Y no a través del pánico, sino a través de mensajes de paz, de consuelo, para que cada uno se prepare para la realidad.” Su habla tuvo lugar en la apertura de una videoconferencia con representantes católicos y evangélicos para celebrar la Pascua. La celebración fue transmitida en vivo por las redes sociales del Poder Ejecutivo y del propio Bolsonaro el domingo (12).

El presidente comenzó su discurso afirmando que Brasil es “el país más cristiano del mundo” y que vivimos un momento difícil, sin mencionar directamente el nuevo coronavirus. Luego agregó que solo Dios tiene la cura. “Estamos pasando por un momento difícil. Sabemos quién puede sanarnos [en este momento, apunta hacia arriba]. Dios siempre por encima de todo. Nosotros aquí en la Tierra tenemos que hacer nuestra parte”.

Bolsonaro ha estado defendiendo el fin del aislamiento impuesto a la sociedad para evitar que la COVID-19, altamente contagiosa, se extienda aún más. El virus ya ha matado a más de 1,2 mil personas en Brasil, según el último informe del Ministerio de Salud. Más de 22 mil personas están infectadas en el país.

En distintas ocasiones el mandatario ha expresado su preocupación por las pérdidas económicas que conlleva el aislamiento social, ya que gran parte del comercio está cerrado. Sectores como el turismo y los restaurantes, entre otros, ya han registrado pérdidas significativas. Para luchar contra la recesión, Bolsonaro defiende el llamado "aislamiento vertical", en que solo los grupos de riesgo, es decir, ancianos y enfermos crónicos, estarían aislados en casa, mientras jóvenes y sanos saldrían a trabajar normalmente.