Una asociación entre la farmacéutica brasileña Russer y el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai) permitirá la producción de ventiladores pulmonares basados en un proyecto de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA). El equipo se utiliza en el tratamiento de pacientes con COVID-19 cuando se encuentran en condiciones más severas y necesitan apoyo para asegurar la respiración.
La aprobación por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) se obtuvo la semana pasada e, inicialmente, Russer producirá 300 ventiladores pulmonares por mes. Todavía no hay un pronóstico de cuándo el producto estará disponible en el mercado.
Según el director general de Senai, Rafael Lucchesi, la ventaja del respirador es su precio. Mientras que en el mercado el precio promedio está entre US$ 9 mil y US$ 10 mil, este debería costar unos US$ 3,6 mil.
Además, el proyecto ampliará la producción nacional de este equipo. “Es una ventaja sólida y tendrá una cadena de componentes nacionalizada, lo que es importante para la producción”, dijo Lucchesi.
El proyecto arrancó cuando la compañía y Senai se asignaron a una convocatoria pública de la NASA para establecer asociaciones destinadas a fabricar el dispositivo, desarrollado por ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Reacción.
Inicialmente se seleccionaron 331 empresas de varios países. En una segunda ronda, quedaron 28 empresas, incluidas Russer y Senai. La NASA no cobrará regalías durante la pandemia.
El director general de Senai comenta que la entidad ingresó al proyecto cuando identificó el cuello de botella en la obtención de este equipamiento en el mercado internacional ante la alta demanda causada por la situación pandémica.
“Es una pieza fundamental del equipamiento para la COVID-19. Su utilización es tradicional en UCI [Unidades de Cuidados Intensivos] y ganó fama porque esta enfermedad crea una infección en el pulmón. Es un equipamiento decisivo”, dijo.
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