Después de que sus rutinas se vieran significativamente afectadas por la pandemia de COVID-19, 600 fabricantes brasileños han sido seleccionados para recibir instrucción sobre cómo producir equipos de protección personal (PPE) contra el nuevo coronavirus. La iniciativa será llevada a cabo en una capacitación en línea ofrecida por el Servicio de Aprendizaje Industrial de Brasil (SENAI).
La semana pasada, el SENAI anunció los nombres de 350 empresas que participarán en la segunda etapa del proyecto, en la que se enseñarán las especificaciones técnicas y las normas para garantizar la eficacia de productos como mascarillas, desinfectantes para manos y delantales para hospitales. Esas empresas se sumarán a las otras 250 que se capacitaron después de la primera convocatoria, realizada en junio. Entre los fabricantes seleccionados hay empresas de 20 estados, 280 de las cuales son pequeñas o medianas empresas.
El director general del SENAI, Rafael Lucchesi, señala que las empresas de sectores con procesos de producción relacionados constituyen la mayor parte del grupo, como las empresas textiles y de confección, que pueden prepararse con mayor facilidad para producir máscaras, por ejemplo.
"En cuanto al desinfectante de manos, que es uno de los elementos clave, tenemos situaciones interesantes, como la de un fabricante de cachaça que realmente aprovechó la oportunidad. Hubo un grave problema de abastecimiento y ellos desempeñaron un papel crucial", dijo el director, refiriéndose al productor de cachaça Joboia, en el estado de Acre, uno de los participantes en la primera fase.
La capacitación en línea tendrá una duración de ocho horas, y los consultores ayudarán a elaborar planes de acción y ofrecerán orientación sobre los requisitos reglamentarios y la forma de adaptar las instalaciones existentes al nuevo proceso productivo.
Se espera que la mayoría de las empresas seleccionadas -189 de las 350- fabriquen mascarillas comunes, y 33 ofrecerán mascarillas quirúrgicas. La consultoría también abarcará la producción de protectores faciales de acetato para 21 empresas, y de desinfectante de manos para siete.
Lucchesi cree que la pandemia de COVID-19 cambia la forma en que el mundo aborda la necesidad de ofrecer artículos como mascarillas y ventiladores pulmonares nivel local. "El mundo no quiere estar a la merced de elementos críticos de la agenda sanitaria, como fármacos y respiradores. Habrá una mayor preocupación por la seguridad interna en la agenda sanitaria", señaló.
Pese a los intentos de reducir la necesidad de importaciones, el director del SENAI sostiene que la importancia del debate sobre la eficacia productiva no ha cambiado. "Es una cuestión de soberanía, una cuestión de generación de empleo y de creación de mejores puestos de trabajo. Ningún país ha logrado impulsar el desarrollo sin apostar por sus industrias".
La producción de EPP, agregó, podría ofrecer un impulso a las empresas de sectores muy afectados, como el de la confección. "Esta reelaboración de la producción ha ayudado a muchos inversores a mantenerse activos, salvando así las empresas y los empleos", dijo.
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