Entre los años 2000 y 2018, todos los biomas brasileños -Amazonia, Caatinga, Cerrado, Pantanal, Mata Atlántica y Pampa- perdieron cobertura vegetal nativa. En conjunto, esas pérdidas representaron 489.877 km² o el 8,34% de la superficie de esos biomas.
Sin embargo, de acuerdo con el documento "Edición Inaugural de las Cuentas de Ecosistemas: Extensión por Biomas (2000-2018)", publicado el jueves (24) por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), las pérdidas han ido disminuyendo a lo largo de los años. El informe presenta los resultados, en términos generales, del estado de conservación de los ecosistemas terrestres en Brasil.
La mayor desaceleración, señala el documento, ocurrió en la Mata Atlántica que pasó de una pérdida de 8.793 km² entre 2000 y 2010, a menos de 577 km² entre 2016 y 2018. Sin embargo, ese bioma, donde se encuentra la ocupación más antigua e intensa, conserva solo el 16,6% de su cobertura original, el porcentaje más bajo entre los biomas del país.
La Amazonía y el Cerrado concentran la mayor pérdida, en términos absolutos, de áreas naturales. La mayor pérdida se produjo en Amazonia (269,8 mil km²), seguida del Cerrado (152,7 mil km²). Sin embargo, la mayor pérdida porcentual se dio en la Pampa: de 2000 a 2018, el 16,8% de su superficie original ha sufrido un efecto antrópico, es decir, ha sido impactada por la acción del ser humano en el medioambiente mediante actividades sociales, económicas y culturales.
La menor disminución de áreas naturales, tanto en términos absolutos (2.109 km²) como porcentuales (1,6%), se produjo en el Pantanal.
El estudio también indicó que entre 2000 y 2018, la Amazonia perdió casi el 8% de su cubierta forestal, que fue sustituida principalmente por tierras de pastoreo gestionado que en el año 2000 ocupaban 248.800 km² de ese bioma y en 2018 pasaron a ocupar 426.400 km².
Trasformaciones
Maria Luíza da Fonseca, investigadora de la Dirección de Geociencias del IBGE, detalló que los biomas la Pampa y el Pantanal presentaron un indicador de intensidad de cambio con proporciones muy superiores a los demás biomas del territorio nacional. "El Pantanal concentra el 75,3% de los cambios realizados, teniendo en cuenta desde los cambios intensos, con el indicador 3, el más alto. Lo mismo ocurre con la Pampa, que se acerca al 60% de cambios bastante intensos. El indicador de valor 3, dijo, representa una conversión de uso que era natural y pasó directamente a antrópico intenso. En la Pampa, explicó, lo natural fue sustituido por el uso agrícola, y en el Pantanal, por el pastoreo gestionado.
La Mata Atlántica y la Caatinga sufrieron las menores transformaciones en el espacio brasileño (7,44% y 7,96% respectivamente) y las mayores disminuciones en la supresión de áreas naturales. "A nivel nacional, observamos que tanto la Mata Atlántica como la Caatinga fueron los biomas que, en el último bienio analizado (2016/2018), tuvieron la mayor disminución. Muestran, a lo largo de toda la serie histórica (2000/2018), la mayor desaceleración en esas pérdidas". La investigadora explicó además que estas áreas naturales están relacionadas con la vegetación forestal y campestre, bien como a áreas húmedas y despejadas, consideradas como vegetación nativa sin interferencia antrópica.
"La pérdida de áreas naturales se produce de varias maneras. Ni esta investigación ni el monitoreo abordan las causas de esos fenómenos. Es decir, si resultaron de acción antrópica o si se deben a fenómenos naturales. Las investigaciones del IBGE todavía no aportan detalles de las causas", dijo.
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