De acuerdo con un informe del Observatorio COVID-19 de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), divulgado el jueves (27), el aumento de nuevos casos apunta a un nuevo repunte de la pandemia en las próximas semanas
Según los investigadores, en la semana epidemiológica terminada el 22 de mayo, se registró una subida el el número de nuevos infectados. Eso, sumado a altos niveles de disgnósticos positivos para covid-19, podría resultar en un aumento de muertes dentro de dos semanas.
En la semana observada, la mortalidad por covid-19 se estabilizó en torno a 1,9 mil víctimas diarias. El nivel representa una reducción en comparación con el mes de abril, pero es casi el doble que el primer pico de la pandemia en 2020.
El aumento de casos, dice el documento, suele ir acompañado de más muertes y casos graves. "Si se mantiene esa tendencia", agregó Fiocruz, "prevemos un aumento en la próxima semana hasta valores en torno a los 2.200 óbitos diarios (entre 2.000 y 2.400, tomando en cuenta el margen de error del modelo)".
Para evitar más víctimas, Fiocruz recomienda a las autoridades mantener las restricciones a eventos masivos y actividades que favorezcan el contagio entre grupos susceptibles, y la intensificación de medidas de vigilancia sanitaria como el fortalecimiento de estrategias de testeo, la vigilancia genética de las cepas y el control de los vuelos internacionales.
"Paralelamente, son necesarias medidas para preparar el sistema de salud, que van desde la sincronización con la atención primaria hasta la organización de los servicios de mediana y alta complejidad, pasando por la oferta de camas clínicas y de cuidados intensivos para covid-19 y el aseguramiento de la provisión de insumos.
Camas de UCI
La alerta también se extiende a la ocupación de camas de cuidados intensivos. Los investigadores constataron una interrupción de la tendencia a la baja en el número de hospitalizaciones desde el segundo pico de la pandemia.
El noreste, señala el documento, es la región que más preocupa. Los estados de Piauí, Ceará, Río Grande del Norte, Pernambuco y Sergipe mantienen tasas de ocupación cercanas al 100%. Alagoas también volvió a la zona de alerta crítica, en la que también figura Bahía, ambas con más del 80% de ocupación. Maranhão y Paraíba, por su parte, registraron fuertes alzas y alcanzaron casi el 75% de camas críticas ocupadas.
En la región sur, los estados de Paraná (96%) y Santa Catarina (95%) también presentan niveles de ocupación cercanos al 100%, mientras que en Río Grande del Sul (79%) se observa una tendencia ascendiente hacia la zona de alerta crítica.
La región centro-oeste también se encuentra en la zona de alerta crítica, con niveles de ocupación superiores al 80% de ocupación. Distrito Federal y Mato Grosso del Sur ostentan los peores índices, con 96% y 99% respectivamente.
En la región sureste, São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro registran un 80% o más de ocupación, mientras que Espírito Santo se acerca a este nivel, con un 79% de ocupación.
En la región norte, Roraima y Tocantins mostraron una mejora en la tasa de ocupación, pero esta última sigue en la zona de alerta crítica. Amazonas y Acre son los únicos estados del país fuera de la zona de alerta, con una ocupación inferior al 60%. Pará y Amapá, por su vez, mostraron un empeoramiento y permanecen en la zona de alerta intermedia.
El informe considera que el criterio que suelen adoptar los gestores de "reaccionar solo ante la expansión de la pandemia y relajar las medidas ante los signos de mejora de los indicadores" ha resultado insuficiente y poco sostenible.
"Es fundamental acelerar la vacunación, a corto plazo, combinando la producción de Fiocruz y del Instituto Butantan con la adquisición de más vacunas. Sin la vacunación de al menos el 70% de la población, no se controlará la pandemia. Mientras no se cumpla ese objetivo, es imprescindible mantener medidas estrictas para controlar la pandemia y perseguir la disminución sostenida de los casos, con vistas a su erradicación.
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