Se deforestaron 13.053 hectáreas (130 kilómetros cuadrados) de Mata Atlántica en todo el país en el período de octubre de 2019 a octubre de 2020, lo que representa una reducción del 9% en comparación con el mismo período de 2018 a 2019, cuando fueron 14.375 hectáreas.
A pesar de la caída, hubo un aumento del 14% respecto al período de 2017 a 2018 (11.399 hectáreas), cuando se registró la deforestación más baja de la serie histórica iniciada en 1985.
Los datos fueron proporcionados por el Atlas da Mata Atlântica lanzado el miércoles (26) y elaborado por la Fundación SOS Mata Atlântica y por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). El bioma está presente en 17 estados del país y actualmente conserva el 12,5% de su área original.
Según el Director de Conocimiento de la Fundación SOS Mata Atlântica, Luís Fernando Guedes Pinto, la deforestación de 13 mil hectáreas ya es excesiva porque cualquier pérdida tiene un impacto inmenso en la biodiversidad del bioma y en los llamados servicios ecosistémicos, como la regulación climática y la disponibilidad y calidad del agua.
De los 17 estados donde existe el bioma, ocho se encuentran en una condición cercana a la deforestación cero, es decir, de menos de 100 hectáreas. En el período 2017-2018 y 2018-2019 eran nueve los estados con menos de 100 hectáreas deforestadas.
Los tres estados que más deforestaron en el período anterior (2018-2019) se mantienen en lo más alto del ranking, aunque han mostrado ligeras reducciones en sus índices: Minas Gerais (de 4.852 a 4.701 hectáreas, un 3% menos), Bahía (de 3.532 a 3.230 hectáreas, un 9% menos) y Paraná (de 2.767 a 2.151 hectáreas, un 22% menos).
Causas
SOS Mata Atlântica advierte que mantener el alto nivel de pérdida de vegetación nativa, con el crecimiento de la deforestación en varios estados, amenaza muchísimo el bioma y refuerza la necesidad de acciones de restauración forestal.
En los estados que comprenden la mayor porción de deforestación en el bioma, se puede identificar como el principal vector la ocupación agrícola, mientras que en lugares como São Paulo y Río de Janeiro, donde la deforestación fue proporcionalmente alta, SOS Mata Atlântica identifica que la presión está sobre los alrededores de las áreas metropolitanas y en la costa, principalmente por la expansión inmobiliaria y turística.
Según Guedes Pinto, el principal problema es la falta de fiscalización. “Los gobiernos deben hacer cumplir la Ley de la Mata Atlántica, que no permite la conversión de áreas forestales avanzadas, y garantizar una deforestación ilegal cero a través de la lucha contra la tala no autorizada", dijo.
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