El Instituto Brasileño del Hígado (Ibrafig) y la Asociación Brasileña de Trasplantes de Órganos (ABTO) son socios de la campaña "Sé un donante de órganos y díselo a tu familia", lanzada por ocasión del Septiembre Verde, para concienciar a la población sobre la importancia de la donación de órganos. El objetivo de la iniciativa es advertir que las familias tienen la última palabra sobre la donación de órganos. La campaña también cuenta con la colaboración de la Sociedad Brasileña de Hepatología, además de varias organizaciones no gubernamentales (ONG).
Según datos del Registro Brasileño de Trasplantes (RBT), 1.126 personas están en lista de espera para trasplantes de hígado y más de 45 mil personas esperan trasplantes de órganos y tejidos sólidos.
El hepatólogo Dr. Paulo Bittencourt, presidente de Ibrafig, señaló que cada donación realizada puede salvar la vida de ocho personas. Sin embargo, señaló que durante los casi dos años de pandemia de covid-19, el número de donaciones por cada millón de personas quedó muy por debajo de la meta necesaria para reducir la morbimortalidad a la que se enfrentan las personas que esperan un trasplante. Por ello, afirmó que la campaña es urgente. "Sin el consentimiento de la familia, no hay donación, aunque la intención del posible donante sea conocida por todo su entorno".
Enfoque
La opinión fue compartida por el nefrólogo Dr. Alexandre Tortoza Bignelli, coordinador del Servicio de Trasplante Renal del Hospital Universitario Cajuru (HUC), ubicado en la ciudad de Curitiba y considerado una referencia en trasplante renal. Bignelli dijo a la Agência Brasil que, en el momento de la captación, el protocolo se realiza con los familiares de la persona que deseaba donar, "porque esa persona teien muerte cerebral y es la familia la que debe tener la última palabra". Señaló que las personas pueden ser donantes de órganos en vida. Sin embargo, en los casos de muerte cerebral, no les corresponde a ellos sino a sus familiares decidir. "Si la familia piensa diferente, la extracción no puede llevarse a cabo, por lo que la concienciación es fundamental".
Hay que saber que la lista de espera es justa, señaló asimismo el nefrólogo. "La distribución de órganos sigue criterios basados en la gravedad de los casos -en el caso del hígado o el corazón- o en la compatibilidad o la genética (tipo de sangre). El órgano se distribuirá con equidad entre la población. No se favorece a nadie en la lista, excepto a los niños y jóvenes de hasta 18 años. En este grupo de edad, se da prioridad a los niños". Esto no significa, sin embargo, que no haya niños en la lista de espera, dijo Bignelli. Si hubiera más captación, dijo, "estos niños podrían tener más posibilidades de salir de la lista".
Encuesta
Una encuesta titulada Donación de Órganos, encargada por el Ibrafig y realizada por el Instituto Datafolha del 2 al 7 de agosto, escuchó a 1.976 personas mayores de 18 años, residentes en 129 municipios y pertenecientes a todas las clases económicas. Las cifras revelaron que siete de cada diez brasileños querrían ser donantes de órganos cuando mueran. Sin embargo, cerca de la mitad de estos potenciales donantes (46%) no informaron a sus familias de su intención.
El sondeo también mostró que la intención de donar órganos disminuye con la edad: la tasa es del 79% entre los encuestados de 18 a 24 años y del 55% entre los mayores de 60 años. El deseo de donar también es más frecuente con la escolaridad. Lo expresaron el 56% de las personas con estudios primarios, frente al 79% de los brasileños con título universitario. La renta es otro factor que contribuye a un mayor índice de intención de donación: 55% entre los miembros de las clases D y E, 78% en las clases A y B.
De todos los entrevistados, el 30% declaró que no deseaba donar sus órganos al morir. El 16% mencionó su deseo de permanecer íntegro o de no ser manipulado tras la muerte, el 13% expuso argumentos religiosos, el 11% mostró falta de deseo o interés en donar, y el 9% mencionó enfermedades preexistentes.
Retroceso
El Registro Brasileño de Trasplantes de la ABTO de enero-julio de 2021 muestra que la pandemia del COVID-19 hizo que las tasas de donación y trasplante volvieran a los niveles de 2014 para las donaciones en general, 2012 para los hígados y corazones, 2011 para los pulmones y 2003 para los riñones.
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